En 1997, el Círculo de Bellas Artes de Madrid era una institución un tanto áspera en su relación con el ciudadano. Parecía como plantado en el centro de la ciudad y se dedicaba a mirar a los ciudadanos por encima del hombro. La llegada a la presidencia de Hernández de León cambió completamente esa perspectiva y en 2011 el centro cuenta incluso con una terraza a la que subirse para disfrutar de los tejados de la Gran Vía.
También las exposiciones, la cafetería y los ciclos de cine temáticos han acercado mucho más otro concepto de cultura a la gente. Es cierto que esto ha coincidido con el boom de la cultura como fenómeno de masas, y todo el mundo consume lo máximo posible, con todo lo bueno y lo malo que eso conlleva. Lo bueno porque se puede aprender mucho y lo malo porque quizás no se aprende nada y lo único que se hace es tragar cultura como si fuese cualquier otro producto más.
Hoy parece curioso ver a alguien posando con una pipa y además orgulloso de ello. No sé si Hernández de León seguirá fumando, pero por aquellas fechas no se despegaba jamás de su pipa, ya estuviera encendida o apagada. Desde luego, una imagen de otra época.
La entrevista se publicó en el periódico Día a Día con fecha 17 de julio de 1997.