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Lords of Salem (2012)

Director: Rob Zombie

Actores: Sheri Moon Zombie, Bruce Davison, Meg Foster, Maria Conchita Alonso


A una emisora del pueblo estadounidense de Salem llega un disco de un grupo desconocido llamado The Lords. Al escucharlo, todas las mujeres del pueblo descendientes de brujas y cazabrujas sufren una transformación ancestral e irán en busca de su maestro: el diablo.

El director y guionista Rob Zombie (más conocido por su música realmente) vuelve al cine después de algunos espantos como La casa de los 1.000 cadáveres y un par de remakes de Halloween. Si fuiste de los que vieron aquellos filmes ya sabes lo que te espera, o no, porque esta es muchísimo peor. El guión lo debió escribir Zombie una tarde en una servilleta y le sobró espacio. En realidad no es más que un videoclip muy largo (de 100 minutos) en el que se amontonan imágenes absurdas junto a otras lamentables. La historia de un renacimiento de las brujas de Salem la hemos visto mil veces, como también una habitación fantasmal en una casa en la que se esconde el demonio e incluso un grupo de viejecitas que velan por la mujer que lleva dentro la semilla del diablo. Todo, absolutamente todo, es reiterativo. Incluso la radio en la que añaden sonidos supuestamente graciosos durante las entrevistas (algo que debe ser común en las emisoras más lamentables de Estados Unidos) lo hemos visto hasta en los Simpsons. Lo único original, al menos para mí, es la presencia de un señor de los infiernos acondroplásico. En realidad al pobre actor le cubren con un disfraz de poliéster, tipo ET, con unos dedos como correosos, y le echan a andar hacia la cama de la víctima a la que va a poseer para que dé a luz a un monstruito. Acompañado, eso sí, de una música trash de esas que intentan dar miedo. La escena es tan patética que resulta simpática dentro del despropósito que supone el resto del filme.

El rodaje es caótico y el montaje es todavía peor, mezclando unas escenas muy pero que muy cutres en flashback con otras de la realidad, o no, porque nunca queda claro qué es real y qué ocurre en el mundo de los sueños o en el mismo infierno. O en la cabeza de Rob Zombie.

Los personajes están fatal desarrollados, aunque no creo que realmente a Rob Zombie le importe eso demasiado. Lo único que le interesa es sacar a su mujer Sheri Moon Zombie haciendo el papel protagonista. Y como ya va empezando a ser una mujer adulta (es decir que no la van a volver a llamar para el Playboy), la rodea del elenco actoral más feo de la historia y así consigue que destaque entre tanto horror.


Se publicó en el número 136 de Tribuna Complutense con fecha 17 de mayo de 2013.

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