Un escritor que nada sabe de política es contratado para trabajar como "negro" en las memorias de un primer ministro británico bastante polémico. Lo que no sabe es que él ha sido la segunda opción, justo después que su predecesor haya muerto en un sospechoso accidente al viajar en un ferry.

Robert Harris es un conocido novelista, con obras como Pompeya, Enigma y la novela de la que ha surgido esta película. El guión lo ha adaptado él, mano a mano, con el propio Roman Polanski y se les dio tan bien que ya pensaban sacar adelante Pompeya, pero parece ser que la situación actual del director no le va a permitir rodar en breve. La historia mantiene bastante bien la tensión narrativa durante todo el metraje, y aunque se puede uno oler el final no es demasiado evidente, y eso es todo un logro en los tiempos que corren. Por otro lado, la historia de un político británico relacionado con guerras sucias en Irak, venta de armas y agencias de inteligencia norteamericanas parece más un documental que un filme de ficción.

Es cierto que la película no está entre las obras maestras de Polanski, pero es la mejor desde La muerte y la doncella, de 1994 (para mí una de sus genialidades), muy por encima de las otras tres rodadas desde entonces: La novena puerta, El pianista y Oliver Twist. Polanski vuelve a ser él mismo y consigue que una película que podría caer en lo fácil sea un filme con un sello personal, con ese sutil sentido del humor que le caracteriza y con una ironía que acompaña al espectador hasta la escena final. El protagonista no se entera muy bien por dónde le vienen los palos y la isla en la que transcurre gran parte de la película se convierte en una prisión (enorme, pero prisión al fin y al cabo), como podían ser las viviendas de los protagonistas de El quimérico inquilino, La muerte y la doncella, Repulsión y La semilla del diablo. Cuando quiere, Roman Polanski todavía saca ese vena que le ha llevado a ser uno de los grandes directores de la historia.

En cuanto al reparto, destacar a Ewan McGregor que está genial en su papel de "negro" que busca enriquecerse, pero se encuentra en una situación totalmente insólita; Pierce Brosnan es un creíble primer ministro británico, con un comportamiento mitad chulo barriojero y mitad dandy; y Olivia Williams, que interpreta a un personaje que también juega en el filo entre ángel y demonio.