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La asistenta (2021)

Directores: John Wells, Helen Shaver, Nzingha Stewart, Lila Neugebauer y Quyen Tran

Con: Margaret Qualley, Andie MacDowell, Nick Robinson, Anika Noni Rose


Alex es una joven que tiene que dejar su vida tranquila, aunque cutre, en una caravana, por los maltratos de su pareja. A partir de ahí comenzará su nueva experiencia vital como limpiadora en casas ajenas y, sobre todo, como receptora de las ayudas sociales y precarias que ofrece Estados Unidos.

Esta miniserie televisiva, de 10 episodios, está basada en el libro de Stephanie Land, Criada. Trabajo duro, sueldos bajos y la voluntad de supervivencia de una madre, pero la creadora de la serie Molly Smith Metzler, así como sus colegas guionistas Bekah Brunstetter, Marcus Gardley, Colin McKenna y Michelle Denise Jackson, han conseguido convertir un buen libro en una grandísima serie. Para ello han conservado el espíritu original, pero han añadido muchísimos elementos que le dan una riqueza que no tiene el libro de Land.

Quizás el cambio más llamativo de todos es la incorporación de la madre a la trama. Mientras que en el libro es una mujer ajena a su hija, que vive en Europa, y de la que sólo sabemos algo de manera tangencial, en la serie es un personaje fundamental, una mujer herida, dependiente de los hombres, una hippie trasnochada que sabe que lo es aunque intenta disimular delante de su hija.

El padre también cambia bastante, porque mientras en la realidad es otro pobre personaje que vive en una caravana, con los sueños rotos, en la serie es un padre de familia ultracatólico, que vive con su mujer y sus hijos en una casa y de manera desahogada. Además los guionistas han incluido aquí una parte de maltrato por parte del padre que no existe en el libro original y que sirve para acrecentar los miedos de la protagonista, en unos muy acertados flashbacks.

También cambia la perspectiva en cuanto a la propia protagonista, a veces para peor y otras para mejor. Si en la serie tiene una jefa horrible, pero una clienta muy satisfecha que la ayuda con sus pleitos, en el libro su jefa es bastante agradable y comprensiva, pero no hay ninguna clienta que la ayude con nada, más allá de una sonrisa y unos buenos aguinaldos navideños.

El libro incide en la sensación que tiene la propia Land de sentirse una auténtica loser, lo que demuestra que con ella ha funcionado el sistema ultracapitalista, que hace sentirse culpables a los que no tienen nada. La serie, sin embargo, aunque suele dejar cada capítulo con algo de desazón, se dirige siempre hacia un futuro brillante y lleno de esperanza. Final que coincide con el del libro, pero en el que la autora no confía hasta las ultímisimas páginas, porque el peso de la vergüenza por tener que solicitar ayudas y de sentir que no sirve para nada la acompaña casi hasta el final.

En cuanto a la dirección, Netflix ha encontrado un sistema que hace que las series estén dirigidas por un buen número de personas, cinco en este caso, sin que se deje ver la personalidad de cada uno de ellos. Lo único que se les pide es que mantengan la coherencia estilística y que (probablemente) se ajusten al guion y al story-board. Podemos saber qué capítulos dirige cada uno (gracias a IMDB o fijándonos en los créditos), pero es imposible distinguirlos a simple vista. Esto que es bueno para la producción quizás va en demérito de los directores o no, porque puede ser que dirigir estrictamente como te mandan otros, y hacerlo además con unos altos estándares de calidad, demuestra que eres muy bueno en tu trabajo. La cuestión es que la serie tiene una buenísima factura, tanto en el guion como en todo lo que afecta a la dirección.

Incluyendo, por supuesto, la dirección de actores. La idea de juntar a Margaret Qualley y Andie MacDowell, que en la vida real son madre e hija, para hacer precisamente de eso en la serie, es un auténtico acierto. Se ve que entre ellas existe una conexión muy especial, incluso aunque Andie MacDowell tenga ese papel de bipolar un tanto desquiciada.


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