Un grupo de adolescentes treintañeros se dirigen al mar en lo que parece una excursión de placer. Pronto descubrimos que en realidad huyen de una plaga que ha infectado prácticamente a toda la humanidad y ellos se encuentran entre los pocos supervivientes, al menos de momento.
Lo primero que sorprende de esta película es que es difícil encuadrarla en un género. En imdb consideran que es una película de horror, un thriller y un drama. Si hubiera que optar por alguna de esas tres yo optaría por la última, y de hecho la consideraría una road-movie dramática. Así que los que esperen pasar miedo que vayan a ver otra peli, así como los que esperen que haya algún misterio.
La película se encuadra dentro del género post apocalíptico, aunque esta vez está rodado como si se tratase de una historia con una especie de moraleja difícil de captar. ¿Hay que hacer algo para evitar la extinción de la raza humana? ¿Estamos abocados a morir por una pandemia extendida desde China? ¿A alguien le importa que ocurra realmente? Los personajes no se hacen ninguna pregunta y actúan como personas que (como es lógico) han perdido todas las esperanzas.
Los directores de este filme de modesto presupuesto son dos catalanes que han convencido a la industria yanqui para que les financie este filme, en el que han incluido a un actor medio conocidillo, que no es otro que Chris Pine, que interpretaba a Kirk en la última versión de Star Trek.
El filme está rodado de manera correcta, pero un tanto fría, acorde a la falta de mensaje de la historia, o en caso de que haya un mensaje a la falta de claridad para transmitirlo.
Se estrena de manera prácticamente simultanea en España y en Estados Unidos y con suerte irá bien en taquilla y los hermanos Pastor tendrán la oportunidad de dirigir nuevas historias, que seguramente serán mejores.