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Enemigos públicos (Public Enemies, 2009)

Director: Michael Mann

Guionistas: Ronan Bennett, Michael Mann y Ann Biderman

Actores:Johnny Depp, Christian Bale, Marion Cotillard

John Dillinger es un famoso ladrón de bancos. Para su desgracia, cuando decide actuar con mayor libertad es cuando J. Edgard Hoover decide poner en marcha el FBI. Hoover pondrá tras los pasos de Dillinger al agente Melvin Purvis y sus peligrosos compañeros de la policía, gente con tan pocos escrúpulos como los ladrones a los que persiguen.

Michael Mann es un peculiar director estadounidense capaz de rodar películas interesantes como Ali, pero también bodrios infames como Corrupción en Miami. Esta que ahora nos ocupa está justo entre esas dos en lo que se refiere a calidad. En Enemigos Públicos el fallo principal está en considerar que todo el mundo conoce la historia de John Dillinger, y también el entorno que rodea al personaje.

La acción se supone que transcurre en un Estados Unidos que es víctima de la Gran Depresión, pero sólo se supone porque jamás lo vemos en la película. A Mann sólo le habrían hecho falta unos pocos minutos para mostrarlo, y no tenía más que copiar las primeras escenas del King Kong de Peter Jackson, donde vemos perfectamente la situación de la gente a principios de los años treinta.

Mostrar la Gran Depresión era básico para explicarnos por qué la gente tomaba a John Dillinger por un héroe. Mann también da por sabido que el pueblo consideraba sus robos como algo heroico, pero es algo que nosotros no llegamos a ver nada más que en una escena del filme y en realidad no llegamos a entender por qué es así. Le faltan a la película muchas explicaciones que contextualicen la historia y ese es un evidente fallo de los tres guionistas.

También debemos suponer que Dillinger era un gran estratega, cuando en realidad sólo vemos tres atracos, prácticamente igual rodados e igual desarrollados, lo que no nos lleva a pensar en el ladrón como en un tipo que evolucione y mejore sus técnicas.

Aparte de esos evidentes defectos del filme, además hay que reconocerle una considerable falta de ritmo y un desperdicio considerable de la poderosa historia que hay tras el proceso de creación del FBI. Además es incomprensible el uso de la cámara como si estuviera en perpetuo movimiento (al menos durante las primeras escenas del filme), así como esos primerísimos planos un tanto desquiciantes.

Lo mejor quizás sean los actores Johnny Depp y Christian Bale, aunque yo me pregunto si realmente no habría sido mejor que se intercambiasen los papeles y que Bale hiciera de Dillinger y Depp de Purvis. La pobre Cotillard está ahí de pasmarote y pinta muy, muy poco.


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