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Tiburón D. La presa (2011)

Director: David R. Ellis

Actores: Sara Paxton, Dustin Milligan, Katharine McPhee, Chris Carmack, Damon Lipari


Un grupo de jóvenes de edades indefinidas (se supone que son universitarios, pero en realidad casi todos están más allá de los 25 años) deciden pasar unos días en la casa que tiene una pija en un islote en el centro de un pantano. Lo que no saben es que el agua está plagadita de tiburones.

Como es habitual en los últimos estrenos, los guionistas del filme no tienen mucha idea de este oficio. En este caso Jesse Studenberg se estrena junto a Will Hayes que ha escrito algo para la televisión. La historia tampoco exige saber mucho más que el motivo inicial por el que se juntan unos jóvenes en un islote rodeado de tiburones y la descripción de la muerte paulatina de cada uno de ellos. Podían haberse enterado, eso sí, de que aunque algunos tiburones saltan fuera del agua para capturar sus presas no lo hacen como si fueran peces voladores y se quedan un ratillo ahí fuera. También podían haber aprendido un poco de prácticas básicas de escrituras de diálogos, porque lo que no puede ser es que los espectadores se rían en las escenas que se suponen dramáticas. Por lo que sí han optado ha sido por abandonar la palabra Jaws en el título original. Será porque en los ochenta ya se rodó una Jaws 3-D (con gafitas bicolores, eso sí), así que esta vez han optado por un titulo más propio de videojuego: Shark Night 3D. Aunque lo mismo da el título cuando la película es tan rematadamente mala.

El director David R. Ellis es de esos especialistas de cine que un mal día deciden pasarse al otro lado de la cámara. Reconozco que a mí me hizo gracia Cellular, aunque supongo que sería por la nostalgia de ver de nuevo a Kim Basinger. Aparte de eso, Ellis tiene en su currículum un par de partes de Destino final y esa cosa que se titulaba Serpientes en el avión. En Tiburón 3D. La presa Ellis se permite el lujo de rodar una de las escenas más absurdas de toda la historia del cine. Malik es el deportista promesa de la universidad hasta que un tiburón le arranca un brazo. Poco después se come también a su novia, así que el tipo decide meterse en el lago con una lanza, la espalda corvada y la mirada perdida al frente, porque en su barrio hay una regla que marca que hay que quitar algo a quien te quita algo a ti. Lo peor no es lo ridículo de la situación en sí, sino que además vemos al actor con el brazo doblado a la espalda fingiendo que se lo han amputado. El actor es tan malo y al director se la trae tan sin cuidado, que cuando está de frente podemos ver el bulto del codo doblado tirando de la camiseta. Ojalá la cuelguen pronto de Youtube, porque vale la pena verla... gratis.

El casting es uno de los peores de la historia, porque en un filme como este lo único que se puede esperar es que salgan mujeres impresionantes en biquini (como ocurría, por ejemplo, en Piraña 3D, pero ni eso. La protagonista, Sara Paxton, es como una muñeca de cartón y a pesar de eso parece Katherine Hepburn si la comparamos con su partenaire Dustin Milligan.


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