Estaba previsto que Carlos Vermut llegará a los Cursos de Verano de El Escorial con tiempo para conceder un par de entrevistas, cenar, presentar su peli y largarse, pero llegó tarde. Tanto que sólo pudo hacer una breve entrevista antes de la cena. Eso y la sesión de fotos de esta, que a mí me parece un tanto cursi.
Con el tiempo en contra decidimos que mejor era que cenase tranquilo, que presentara la peli y que luego le haríamos unas preguntillas. La entrevista, por tanto, se hizo de pie en el vestíbulo de un hotel mientras esperábamos que llegase su taxi para llevarle de vuelta. No fueron las mejores condiciones para hacerla, pero aún así no quedó tan mal como podría haber quedado.
La película que presentó fue Magical girl, que luego fue elegida por la Academia para estar en la terna de las que podrían ir a los Oscar de Hollywood. Mi relación con ese filme es complejo, porque me empezó gustando, pero luego me fue dejando frío según iba pasando el metraje. Yo creo que algo de esa frialdad se nota en algunas de mis preguntas.
A mí no me parece una obra maestra, ni Vermut me parece un genio. Sé que esta denominación es muy común, y enseguida se le escapa a los periodistas, pero para mí no existen los genios, y si hubiera alguien en el mundo del cine cercano a ese apelativo serían Kubrick y Murnau. Y creo que nadie más. Por cierto, Kubrick y en concreto Eyes wide shut, es un referente claro en Magical girl. Vermut reconocía (¿cómo no hacerlo?) que tiene muchas influencias de otros creadores, aunque considera que muchas veces no son conscientes. Yo no quise insistir demasiado, pero hay muchas más de las que él me quiso decir, o de las que él mismo sabe. Por ejemplo, cuando la niña protagonista se despierta y dice que ha soñado con un toro negro utiliza exactamente las mismas palabras que Teresita Rabal en Viridiana. ¿Será casualidad?
La entevista se publicó en el especial de los Cursos de Verano de El Escorial de 2015.