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Irrational Man (2015)

Director: Woody Allen

Actores: Joaquin Phoenix, Emma Stone, Parker Posey


Un profesor de filosofía con una reputación entre estrafalario y genio ocupa su cátedra en una nueva universidad para disfrute de sus alumnos, sobre todo de una alumna, llamada Jill, que se dejará llevar por el glamour intelectual del profe y dará una vuelta a toda su vida.

Woody Allen escribe un nuevo filme, incorporando algunos de sus temas obsesivos, como los filósofos, los campus universitarios y la relación entre un maduro y una jovencita. Es cierto que la historia entre el intelectual poco agraciado y la estudiante guepetona no es nada original, pero aquí cuenta con esa perspectiva Allen que siempre marca todas sus películas. Se podría decir que es más de lo mismo, pero aún así sigue siendo interesante de ver. Aquí incluye además otro de sus temas reiterados, que es el viejo que ya está pasado de rosca, pero encuentra algo que le hace revivir tanto física como mentalmente. En este caso es el asesinato, tanto en teoría como en la práctica, lo que hace que el profesor pasado de rosca reviva. El final es bastante previsible, pero no deja de tener gracia.

El director rueda ya con esa facilidad con la que sólo pueden hacerlo los que llevan más de 70 películas en su haber. En el cine de Allen no hay alharacas ni grandes demostraciones técnicas, pero dan siempre esa sensación de que el director controla la situación de todo lo que ocurre a su alrededor sin apenas sentir su presencia. Y eso no debe ser fácil de hacer.

Quizás el mayor defecto del filme, o al menos el que a mí me parece el mayor, es la falta de pasión. La historia está bien, los actores están genial, pero le falta un puntito de emoción para que sea una gran película. Y es una lástima, porque se podría haber construido algo mucho más intenso. Quizás si Allen dedicase un par de años en hacer cada peli, y no unos meses, podría crear obras maestras de manera continuada.

Del reparto poco se puede decir. Joaquin Phoenix es ya un especialista en hacer de tipo demacrado, más o menos pirado, que necesita un extra vital para ser feliz (ya sea una pelea con un gladiador, la pertenencia a una secta o el placer del crimen). Emma Stone hace muy bien de niña pija y demuestra que cuando llora, o al menos hace amago de llorar, puede estar realmente espeluznante, y eso no debe ser fácil para ella. Y, por último, Allen recupera a Parker Posey de hacer papelillos y alguna aparición televisiva para recordarnos que las de cuarenta también son una buena compañía para fugarse por Europa.



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