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Cowboys y Aliens (2011)

Director: Jon Favreau

Actores: Daniel Craig, Harrison Ford, Sam Rockwell, Olivia Wilde


Un tipo se despierta en pleno desierto con una herida en el costado y un brazalete extraño. Pronto aparecen unos vaqueros y descubrimos que el recién despertado tiene amnesia y no recuerda ni quién es ni qué le ha pasado.

A primera vista juntar a cowboys con alienígenas parece un auténtico disparate, pero bien pensado, ¿por qué los aliens sólo tienen que llegar a la Tierra en la época actual? No olvidemos que Stanley Kubrick ya puso a sus primitivos homínidos en contacto con seres extraterrestres en 2001. Una odisea del espacio. En este caso la idea parte del cómic del año 2006 creado por Scott Mitchell Rosenberg. De aquel cómic se toman prácticamente todas las ideas aunque un total de seis guionistas rebajan un tanto el tono de ciencia ficción para convertir la historia esencialmente en un western de buen rollito en el que villanos, sheriffs y apaches se unen contra un mal mayor. La mayor parte del equipo de guionistas están especializados en filmes de acción y series televisivas y dos de ellos (Mark Fergus y Hawk Ostby) ya habían colaborado con el director Jon Favreau en el guión de Iron Man.

Precisamente las piedras angulares de la filmografía de Favreau (que no olvidemos que tiene muchas más películas como actor) son las dos partes de Iron Man. Al contrario que en esos dos filmes, aquí Favreau se pone un poquito denso y nos aburre con su espectáculo de aliens correteando por ahí y enfrentándose a un grupo de vaqueros con poca gracia. Todo en la historia es previsible, incluso la manera de contarla. Parece como si a Favreau se le hubiese olvidado parte de su trabajo o, al menos, como si hubiese hecho este filme con poquitas ganas. También puede ser que quiera rendir un homenaje al western más aburrido, ese en el que los cowboys van por las praderas sin que ocurra nada durante la mayor parte del metraje. Y cuando digo nada, es nada en absoluto, a no ser un exceso de observación de un continuo y repetitivo paisaje. Aquí hay unas cuantas escenas de acción, pero tampoco demasiadas y Favreau nos podría haber ahorrado parte del metraje, sinceramente. Los monstruos, por otro lado, son cutres y quitando algún elemento surrealista (como las manos que les salen del estómago, o algo similar) están un tanto vistos.

También la elección del reparto peca a veces de obvia, como en el caso de Olivia Wilde, que en cuanto aparece cualquier espectador un poco espabilado puede imaginarse cuál va a ser su papel. Harrison Ford sigue la pauta marcada por Jeff Bridges en Valor de ley, es decir, hablar un inglés que no se entiende, lo que parece que también encaja perfectamente dentro del género del Oeste. Daniel Craig siempre parece estar perdido en todos sus papeles, así que este le viene bien. Y quizás el mejor sea, una vez más, Sam Rockwell, en su papel del tabernero inocentón con gafas que al final resuelve la papeleta.


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